11 febrero, 2016

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“La búsqueda de algo mejor…" .- Fobia



Hoy pasaron cosas raras. Raras no feas, simplemente, extrañas y subordinarías. Buenas, pues. 

Empieza con un simple párrafo de un libro que no se deja terminar. Esas palabras que no son mi lengua natal, me hicieron enchinarme toda la piel de cabeza a pies, y no exagero, utilice a mi madre como ojo testigo porque no concebía tanta emoción.

Después de esos pelos erizados sonó en la narración una canción*, que eventualmente en algún momento del día apareció en uno de mis contactos bizarros de la red. La red, la red, la red. Esa perra endemoniada que te atrapa y aseguro que son sucursales del infierno? ¿o como explicas que no se puede salir cuando quieres? 

Paso el tiempo, y siendo miércoles de inicio de la celebración de los 40 días que El Jesús creo fervientemente sufrió en el desierto, me adentro al ritual religioso donde me recuerdan que fui, soy y seré polvo. No creo que polvo de ese cenizo, gris y apestosamente asqueroso. Para mi ser polvo es algo estelar. Polvo de  las de arriba. De las muertas, de las vivas, de las que solo sabemos que existen porque brillan en la noche.

Y entonces, todavía con la tizna frontal que tapa mi gusano-cicatriz, vi a mi guía espiritual número 37. Me sonrió y sabemos algo, supimos algo, sabe todo y eso que todavía no termino con mi historia, porque claro esta, sigue creciendo.

-pausa musical-
Ahora justo cuando falta 10 minutos para mi momento favorito de la madrugada, suena una rola** que me hace estremecer. Tan vive por hoy, muere si no hay opción. 
-fin de la pausa-

Volvamos. Vi también, a un alma conocida-sin reconocer. Lo supe desde su caminar, su hablar y su presencia. Fue algo mágico porque a las tres palabras entendí que no me equivocaba. No, no es amor ni encuentro romántico de los que tanto tanto. Digamos, una tía de vida pasadas que tal vez en alguna época que no logro descifrar todo me enseñó, todo me amó.

Pero seguí, el día, recuerdo, tiene 24 horas y aun faltaba mucho por vivir. Caminé, caminé, caminé. Me atreví a cruzar un umbral y subir unas oscuras escondidas escaleras. No tuve miedo y disfruté que nadie lo noto. Una sombra entre escalones abandonados no hace nada de escándalo. Y entonces llegué a donde había querido ir desde hace rato. Esa puerta que he cruzado por Pa, Tata, Raco, Abuelo Arturo y ¿quien mas? hasta ahí… que la quinta es la uno***, llámese Yo. 

Esa puerta se abre una vez en la historia (al menos la mía, porque no creo durar 100 mas). Y decidida, oré por esa alma atormentada que se existió en el peor de los lugares antes del infierno, pues  obvio, el Purgatorio. Creo que existe, por que ya estuve ahí. Elegí una persona no al azar, pero si desconocida para mi. Decidí hacerlo por ella o el porque se que había vivido la pesadillesca vida de la adicción. Asi le puse “indulgencia plenaria para el alma más sufrida de un humano que fue adicto”. Sentí. Viví. Liberé algo. Tal vez fue un agradecimiento de alguien a quien nunca podré llamarle por su nombre, pero ahora tenemos algo. Somos algo. 

Euforicamente tranquila, seguí mi recorrido por calles, carros, luces, ruidos y pieles. Aterricé en La Búsqueda. Esa cueva de alivio que me encontró en mi terrenal visita por este lugar. Y entonces, el milagro pasó. Paso a paso, el llegó. Entró entre lágrimas  y risas de alivio como yo llegué. Casi arrastrandose y maldiciendo su condición. Y entre tres pasamos el mensaje de fortaleza y esperanza. Fue un espectáculo emocional encontrarme en cuestión de minutos con la maravillosa coincidencia de poder presenciar como dos espíritus alcanzan la paz. Uno, la total y eterna. El otro, la temporalmente trabajosa paz que se busca día a día, hora por hora. Encontró una solución en nuestro programa y eso es mucho. Mucho por hoy. Solo por hoy.

Siguiendo con el día, aprendí a mezclar colores para hacer café, un pavorreal casi tiene vida y empecé el nacimiento de un león. Increiblemente dificil retratar el rey de la selva, de la jungla, del Africa y del zodiaco. Y pasados los primeros pincelazos del león, llegó el mío. Mi hermano. Mi brother, el carnal. Esa emoción de oír sus llaves y darme cuenta que frente a mi esta un hombre y no un niño. Notar sus verdes siempre tristes ojos de siempre, firmemente decididos a liderear la manada familiar. El lo sabe, yo lo sé, y con eso es suficiente, aunque se piense diferente.

Ahora, a unos minutos de finalizar mi vída, sin alucinar, se que encontré una cara familiar en un video musical comercial de antaño. Ese rostro y sobre todo ese pelo, no se olvida. Y en su mano, vi mi mano justo cuando hace close-up la pantalla. Ese año, ese tiempo. Esas mismas las mismas pulseras, santitos, colores, chakiras y monedas. Verlo fue como asomarme en una ventana que me deja entrever lo que fue y está ahí esperando en un espiral del tiempo donde algún día me resbalaré a jugar con mis momentos vitales.

Poniendo punto final, puedo terminar alegre con un “may be” de Oasis. Fascinando a mi ego, para mi el MAYBE es MarianaAmparoYBorreEgo. Asi que acabo de matar la fascinación pasada. De tanto yo me ahogo. Me quedo con el Borre Ego. Borre a su Ego. 

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* https://www.youtube.com/watch?v=o9gK2fOq4MY
**https://www.youtube.com/watch?v=B9dSYgd5Elk
***https://www.youtube.com/watch?v=mquXK59ebvc
****https://www.youtube.com/watch?v=bx1Bh8ZvH84
*****https://www.youtube.com/watch?v=QPwVcVMCfH8

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