05 julio, 2018

EL CUATRO DE TREINTA

Día 4 de vacaciones laborales.

¿Con qué de esto va la vida sin trabajo?

Me desperté naturalita a las nueve y garra de la mañana. Olía a mojado y no era mi cama: llovió por primera vez en 52 días. Sí, llevo la cuenta.

Escribí un cuento corto donde relaté mis sueños de la noche anterior, publiqué en fb sobre la inundación del Alex de hace ocho años, contesté mis mensajes de whatsapp y tiré huevita como una hora con la Nina Canina.

Cuando sentí un crujido en la panza, me paré de la cama y me fui a la cocina a prepararme el desayunar (en calzones, obvio, porque tengo la casa sola).

Tenía muchas ganas de huevito y encontré en el refri tocino: combinación explosiva y rescate alimenticio. Noté que los mangos estaban a punto de echarse a perder y para salvarnos, me preparé un licuado frapé de mango con Calahua y leche de almendras con sabor a coco protector del sol.

Puse mi desayuno al lado de mi laptop y me senté (en calzones, obvio) a checar   ̶l̶o̶s̶ ̶m̶e̶m̶e̶s̶ ̶d̶e̶l̶ ̶d̶í̶a̶   correos del día.

Sigue lloviendo y sigo escribiendo. Mi licuado todavía no me lo acabo, la Nina me espera en el sillón de siempre y podría acostumbrarme a este estilo de vida asi que ¿podrían recordarme qué les prometió AMLO a los ninis? Porque ya sin saberlo, lo estoy considerando.

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