15 mayo, 2015

LALMO


Utilizo descaradamente a un libro delgadito de compañero. Es flexible, no tiene mas de 5 años, es rojo tirandole a naranja y esta bien agusto. Si, es irónicamente en este libro donde viene esta frase subrayada, y este pequeñuelo ha sido mi compañero.

 ¿Tenemos todos testigos y amigos de sueño? Obvio si: vasos, cajones, celulares, alarmas, cojines, colchitas pero algo.

Bueno (bueno es mi muletilla favorita) al punto y por lo que yo vine a escribir: lalmo. La almohada. La almond. La almiada. La almost hada. La almo.

Digamos que es mi instrumento de compañía favorito que estrujo y abrazo y le pongo una pierna arriba como asfixiándola. Todo el tiempo, todas las noches.

Toda mi cabeza arriba pero de lado y seguro también la babeo.


Son cuatro cojines y cuatro almohadas y la que tiene nombre y apellido la reconozco de entre todas, se sabe y la se única, indispensable, necesaria, de ritual, de costumbre, de maña, de mañosa, de siempre, de toda la vida, desde hace como siete días.

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