14 mayo, 2018

ALIVIANE MORTAL (CON FOTOS)

Estuve a punto de morir, de nuevo, y lo primero que pensé (que irónicamente sería lo último que hubiera pasado por mi cabeza de no haber tenido una muerte ficticia) fue "no tengo hijos que me lloren, qué pinche paz".

Vengo sola.

Vine individual.

Personal.

"Tu, sencilla", como dijo Iván cuando me dio las llaves de la habitación número cuatro en Cuatro Ciénegas*.

Es un a l i v i a n e    m o r t a l   la vida sin bendiciones.

Hacer alto, voltear atrás antes de continuar y ver que en el morral  no llevas ESE PENDIENTE.

Hijo: si te tengo (que no creo) y lees esto, no te lo tomes a mal ni personal.


*Por cierto, no he hablado de la importancia y lo trascedental que fue que me dieran la habitacion numero cuatro. Exacto: la 4. Esa persona que me entregó en la ciudad del Cuatro me honró de una manera muy inexplicable y que aun no tiene sentido al darme justo ese cuarto. Cosas que tienen sentido para mi yo conciente ultra desarrollado que vive en otro plano. En este espacio y tiempo, donde me encuentro ahora mismo, no tiene pinche explicación pero sé que tiene significado. Algo así.


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Ay, wey, la luna. Chingado, ya quiero quedarme a hablar de eso. Estabamos con que los hijos que no tuve y que no quise tener (hasta el dia de hoy) y me acuerdo de una de las memorias más bonitas que me han regalado. Tengo que decirle gracias de nuevo. Esto no se puede quedar asi. Estaría bien mandar una carta, y ahora estoy hablando sola. Pero si, mandar una carta al Paraíso 414 para agradecer eterna y sinceramente el gran premio que un Loonie Pacheco significo para mi. El telescopio. El cielo. La terraza. La compañía. La conversación. El cerro del muerto. El clima. El post temazcal. Cosas que nunca voy a superar. Cosas que agradezco y dejo ir. Cosas que quiero repetir. Cosas que no volverán a ser igual. Gracias, supongo.

S u p o n g o.

Tiene que ser con el tonito de la cachorrita. Si no es así, no me interesa ¿o le decimos Bakar?. A ver.



Tuve que poner el a ver más famoso del mundo: el de El increíble mundo de las máquinas. No había manera de no escuchar el "Ya me dijo que quiere el alien: una tierna baba del espacio que usa energía solar mientras sientes que la panza te revienta". Te cagas ¿verdad que te cagas? Claro, no hay otra forma de explicarlo. Aparte de gritar que cuesta 314 dolares, se atreve a aventar una ficción marciana para un orgasmo.  Cállate, shut up.



OMG.





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