21 octubre, 2017

BOOKS VS. BABIES

Ayer tuve mi primer parto. No es cierto, tuve mi primer bebé. Mentira. Bueno, ayer publiqué mi primer libro. Es mucho y muy fuerte ese enunciado. Le voy a bajar de decibeles: mi colectivo de "Poetas desmadrosos" y yo publicamos un fanzine literario. Para mí, mi primer libro. Punto. Supongo se siente igual. Supongo.

Antes de irme a la presentación, me dormí una siesta y fue espantoso. Sí dormí pero no pude descansar. Me daba taquicardia y angustia. Preocupación y nervio. Minutos antes de subir al estrado (no, no era estrado, era una mesa con sillas de plástico y un espantoso arreglo floral) tenía el corazón a raja madre.

Una vez que comenzamos, todo fluyó al grado de una tranquilidad perturbadora. Nocierto, una tranquilidad deliciosa.  Diría mi jefa "más relajada y te surras".

Total, un enumerado comparativo de porque prefiero libros a hijos:

1. Puedes tener un original y muchas copias.
2. No llora en la noche.
3. Entre más hagas, mejor.
4. Siempre puedes mejorarlo y aumentarlo.
5. Son para siempre.
6. No se mueren, no se enferman.
7. Te pagan por copias en lugar de tu gastar.
8. No te reclaman que les arruinaste la vida.

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