13 junio, 2015

REAL

Acuérdate como te veía a los ojos, adivinando tus pensamientos.
Y la manera en la que te explico cosa por cosa hasta que te quedaste sin dudas.
Si acaso no logras acordarte, yo te digo lo que vi y lo que oí que estaba a tu lado.
Veía tu cara terriblemente cansada del viaje y del sol  y mas que nada notaba lo desesperada que estabas de no poder dormir tu siesta. Noté como te jalaron como imán los llamadores de ángeles. También me di cuenta de la manera en la que las cajas color verde tiffany te palpitaban en la mesa. Totalmente te atraparon las cajitas. Me pareció tan natural la manera en la que escogiste la tuya, seguro por el símbolo que parecía un número. Agarraste la del cuatro con letra roja que decoraba la dorada calcomanía. Antes de que te dijeran como funciona el ritual, te aborasaste y la abriste para descubrir que tenía nada mas y nada menos que un papel, que lo sé, te emociono porque tu primera reacción fue creer que tenía un mensaje secreto para ti. Y no. Era un papel con nada, con absolutamente nada escrito ni dibujado. Era un papel para que tu escribieras.

Entonces, pasó que tuviste tu primer y único contacto con ese hombre bizarro que tanto miedo nos dio. Despues vendría la explicación del deseo que te vendió. Y por último, lo más impactante de todo: cuando te agarró del brazo y te clavo su mirada con la fuerza semejante a quien se entierra mil alfileres en los ojos (quinientos de cada lado) y te dijo con esa voz chamanoide que te cala hasta los huesos: REAL.


 

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