Se acabó con una canción que dice más o menos asi:
Hello darkness, my old friend,
I've come to talk with you again,
Because a vision softly creeping,
Left its seeds while I was sleeping,
And the vision that was planted in my brain
Still remains
Within the sound of silence.
Para mi, fue mover un chingo de cucarachas viejas que tenía enterradas en mi cerebro. Fue como regresarme pa' tras al 2009 cuando mi día o noche más perfecta incluía de a huevo un chipinquerrol, el rolesito en carro por chipinque con música muy chida y cigarrito. Y digo música chida, porque fue ahí donde descubrí que existía Simon and Garfunkel, fue enamorarme de sus canciones melodías y letras, aceptar que S&F le escupen a la cara a los beatles y a cualquier grupo setentero.
Para mi era como un ritual qu consistía en subir mientras empiezas a ver la ciudad y sus luces, disfrutando del momento y de las manías musicales. No había nada más alla... se parecía al constiturrol o tampirrol, pero le quedaban muy lejos: el chipinquerrol era el chipiquerrol.
Mucho tenía que ver el verde por todos lados, arboles y a veces animales, lo increíble de llegar hasta el punto más alto, solo para dar retorno y bajar con soniditos y cigarritos. Era más orgasmal que ir al antro, que comer wokee tokee, que ver a Andrés, que ir al topaz, que ir a la playa o al miercolitos. El chipinquerrol se ganaba el premio safari por mucho, y no era nada del oro mundo, simplemente había algo mágico en ¿la compañia? ¿los destinos musicales? ¿el humo? no se, fue algo íncreíble que me alegro de haber vivido, pero como todo, ya fue.
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