25 junio, 2021

SLEEPYHEAD

Entrevistador: ¿Cual es la canción que mas te ha hecho llorar y porque?


Yo: Definitivamente no es con la que más he llorado, pero si te puedo asegurar que es con la que he llorado con más sentimiento en mi perra vida. Ese día que la escuché era una noche de verano del 2011 en un hotel en Saltillo. Me habían dado de alta de mi primer internamiento de rehabilitación. 


Para empezar, fue la primera canción que escuché después de meses, MESES de no poder oír música. Entonces, el simple hecho de poder tener el privilegio de escoger una canción y escucharla fue un chingo. 


Escogí esa rola porque fue justo Passion Pit la última banda que escuché en vivo en el Escénica en el 2010, antes de mi primer rehab (spoiler alert: fueron 4 y 2 anexos en 10 años). 


El 2010 fue una extensión forzosa del 2009, que en realidad tuvo su inicio oficial en el 2008, pero como no nos interesan los años ni las fechas fijas porque ni siquiera creemos en la existencia del tiempo como producto tangente, vamos a llamarle la época Safari, que puedo decir fue mi heavy despertar musical, porque tbh realmente nunca había tenido un acercamiento tan cabrón a música que me fascinara y de la cual me sintiera fanática total, y los años de Safari me regalaron todo eso.


Fue la entrada al fascinante y emocionante universo de los conciertos de bandas indie medio conocidas pero con un beat sensacional que retumbaban en todas las escenas del mundo: que si MGMT, Cut Copy, Vampire Weekend. Para mi fue la Golden age, sin duda. Y claro que fue más Golden que nada porque iba a acompañada de personas destino que hicieron inolvidables esos meses de histerismo colectivo. Tenemos en primer plano a las mamitas: Natalia AKA la Cachorrita y a la Niña Beta AKA Niña Atún. Ya con ellas te armé un escándalo. Los demás, llamémosle eventuales como la Puta Cola Loca. The Pablos. Changoleón. Niña Modelo. 


Anyway, de regreso al tema de la canción de Sleepyhead, me pegó bien duro esa rola ese día que la chillé con el alma,  porque me transportó a un año anterior donde vivía en mi perfecta utopía. Y el escuchar la rola me puse mal mal mal porque lo único que pensaba es que todo eso se había verdaderamente terminado y no cabía posibilidad de que volviera a pasar, en ninguna de sus versiones. Y no pasó. Sabía que esa rola me estaba gritando y golpeado: se pinches acabo. Ya fue. Ya no hay Safari. Tira al león.


Pasó que esa noche fue el entierro de mis años maravillosos, donde pensé genuinamente que no volvería a pisar un lugar repleto de gente donde estuviera la banda tomando y fumado y metiendo mugrero (plot twist, si volví a esos lugares). Pero neta que en ese momento yo estaba totalmente coco washeada y sabía que no había retorno y que no había manera que volviera a consumir y que ese momento clímax que viví escuchado Passion Pit literal en el passion pit del Escenica, el after en el backstage y todas esas mamadas tan geniales, solo serían el prime time de mi vida.


Se sabe que después de eso, si pasó mucho y no fue la hecatombe que imaginé, pero en ese momento lloré y lloré tanto por mi, estaba desconsolada, triste, sin ilusión alguna. Para mi todo lo bueno había acabado y a partir de ese momento solo me quedaba continuar sin Passion pit, sin pasión y sin pitos.


Poco iba a saber yo en ese momento, que aunque efectivamente si fue mi ultimo concierto tomando y que no volví a probar licor alguno, en múltiples ocasiones volví y volví a pisar conciertos, tocadas, festivales. En muchos me puse hasta la madre con weed, pero en la mayoría en estos 10 años, me la pase sobria, completamente sobria, anestesiada por los sonidos a la potencia y por la euforia del público.


Nada ha sido como cuando los tiempos de la jungla, pero han habido muy buenas replicas. 

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