25 abril, 2020

AOC

Siempre pienso en las iniciales. En las siglas. En lo corto. En la abreviación. En el resumen. En esa mezcla personal que no sólo simplifica, sino que caracteriza a los personajes:

BBBB
JES
FP
BX
K


T h i s   a r e    r e a l    p e o p l e. 


Los ojos de AO dicen un chingo y eso es algo que no da tanto para soñar, pero sí para masticarlo en la cabeza tres días.

Es la mezcla entre el perro que ladra y pinche muerde. Claro que te avienta la tarascada. Y el niño que fue a dar al DIF porque nunca nadie lo reclamó después del terremoto del 19.

¿Y tu dónde estabas cuando tembló? Serán todos los temas de conversación.

Y a los cuatro yo temblé más fuerte. A lo mejor ese físico catastrófico fue un preludio.

Y Puebla de donde AO el hombre que me contagió muchísimo. Santa Catarina en un café. Oficina. Correos. Enojo.

"Tu vete a enseñar o a matar. Puedes ser una excelente docente o la zeta de tu pueblo. Te irá excelente en las dos".

Ahhhh. Suspiro porque ahora ya puedes escribir con calma y sin miedos "los zetas". Fernanda pudo perfecto. Y antes ni hablada porque cuello.

Y el 1331 cagate con el primo y Andrea. Un año de los japosenes.



Grité
Di
vi
no
cuando simplemente me pareció bonito. 

Y es que yo también hablo así cuando estoy nerviosa.

-Miss Piadosa ¿las palmeras crían alacranes?
-Claro,  pero todo eso no es barato.

No me casaría con un hombre que tuviera un brillante porvenir.

Y a la Única Domadora de Tigres en el Mundo le pintaron bigotes.


(Por favor, al reverso, escribe que no muerdo ni soy muy venenosa)

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