TORERO SIN TORO - MATÍAS VALLÉS
Miguel Bosé fue creado para deslumbrar a Andy Warhol, para castellanizar los contoneos de David Bowie y para disgustar con su música a papá Dominguín. Envidia a Barceló, y no sé si viceversa. Fue el primer torero sin toro, ausencia que dificulta la lidia porque el público no está distraído por el miedo. Lleva la cornada puesta, canta acunado por la discreta jet-set que ama a Zapatero sin incurrir en socialismo. Bimba ofrece la versión femenina de Bosé, mientras el arcángel aguarda a jubilarse de la durísima profesión de ser guapo.
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